Obsesionado con que el sistema educativo mata la creatividad, pronunció una revolucionaria, emocionante e incluso desternillante conferencia en el 2006 que ha terminado por ser canónica
Pésima noticia a menos de medio mes del inicio del curso escolar. El desierto se ha quedado sin la prédica de Ken Robinson (Liverpool, 1950 – Los Ángeles, 2020), conferenciante sublime que dedicó su vida a advertir que el sistema educativo de prácticamente todo el mundo es una eficaz y lamentable máquina de destruir la creatividad de los niños. Un cáncer ha callado su voz, según ha comunicado su propia familia a través de su cuenta de twitter.
Tal vez no haya mejor homilía para su recuerdo que revisionar la charla TED que le hizo famoso. La pronunció en el año 2006. Lleva ya más de 66 millones de reproducciones. Es amena y a ratos tronchante y, lo que es mejor, con la audiencia con la guardia baja por las risas, logra colar ideas revolucionarias. Si los profesores impartieran así sus clases, crecerían como champiñones los leonardos, picassos, charlie parkers y gene kellys en cada generación.
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