Las que fueran esclavas dedicadas al servicio del harén del gran turco, se convirtieron después en uno de los grandes tópicos de la Historia del arte, representación del desnudo femenino. De Delacroix o Ingres, hasta Matisse y Picasso. Todas ellas, Odaliscas de muy distintas líneas, tipificación e iconografía que desde hoy bailan en el Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife, en el Palacio de Carlos V.
Lo hacen en una exposición que muestra la imagen y evolución de la representación que yacía en el siglo XIX y principio del XX, donde se representaba a la mujer oriental idealizada y mitificada reflejo de los prejuicios de la sociedad hacia la figura femenina en general, siempre, camuflada bajo la piel de las más rotundas experimentaciones plásticas.
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