miércoles, 1 de noviembre de 2017

MÚSICA PARA LA ETERNIDAD EN EL DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS



Mis queridos estudiantes del AUM:
 
Al día de hoy, de todos los Santos, le sucede el día de los difuntos, a punto de iniciarse mientras escribo estas líneas.  Disfrutamos de un sol propio de verano, pero el cielo suele llorar en ambos días y la bendita lluvia penetra en nuestro espíritu y nos hace sentir algo más de la vida con sus luces y sombras.
 
 ¿Quién está libre de haber sentido la congoja de una pérdida, la pérdida de un ser querido? Es difícil encontrar calificativos para esta verdad absoluta de la vida que es la muerte. Si la persona querida es anciana, ha vivido bien y suficiente tiempo, solemos calificar su muerte de “natural” con el objeto de consolarnos. Si hablamos de pérdidas por atentados, desastres naturales o accidentes, solemos calificar las muertes de “aterradoras” o “inexplicables” porque al dolor de la pérdida se añade el factor sorpresivo y el desconsuelo parece insuperable. Pero la pérdida más cruel a mi modo de ver es la de un hijo o una hija. Aquí ya los calificativos de “antinatural” y “brutal” quedan cortos si pensamos que no hay palabra en el diccionario que recoja tan terrible acontecimiento. Si una persona pierde a su madre o a su padre queda huérfano, si pierde a su pareja queda viudo o viuda … ¿y si pierde a su hijo? Un abismo se levanta ante él. Afortunadamente y frente a estos infortunios de la vida existen maravillas como la música, bálsamo que ayuda a cicatrizar las heridas del alma y a fortalecer el espíritu.

En el día de hoy os invito a escuchar algunas de las obras maestras creadas para este fin por nuestros grandes compositores. Para pensar en el misterio de la vida y la muerte, al margen de nuestras creencias, se requiere emoción interior, profundidad y una enorme humildad ante la grandeza de todo lo que nos rodea … y eso es lo que siento en estos momentos al escuchar el Ave Verum Corpus de Mozart K618 dirigido con recogimiento y devoción por Leonard Bernstein; o al contemplar una vez más a Andrea Bocelli cantando este Ave Verum en el funeral de Luciano Pavarotti (6 de septiembre de 2007). El acento dulce y triste de esta pieza refleja para mí la aflicción que cualquier madre podría hallar ante el cuerpo inerte de su hijo. Al escucharla se puede reencontrar una ternura “antigua”, perdida y olvidada en nuestros corazones. El Ave Verum de William Byrd, es otra delicia que podéis escuchar en la Red, interpretado por un cuarteto de solistas, por un coro en la catedral de Canterbury, … transporta igualmente nuestro espíritu y nos hace detenernos en un tiempo, tan penetrante como el poder de la vida o tan eterno como la muerte.
 
Y después de “abrir boca” con el Ave Verum, os recomendaría el Requiem de Mozart en Re menor, K 626, que nos transporta y eleva a lo etéreo. Es conmovedor en cualquiera de sus partes: El Dies Irae, el Confutatis, el Lacrimosa,  escrito por el compositor en su lecho de muerte, presenta una extraordinaria fuerza expresiva que refleja la genialidad de su creador. Esta obra inacabada parece un testamento espiritual que habla del profundo cambio del ser humano ante el misterio de la muerte.Personalmente, destacaría la versión de Jordi Savall, grabación realizada para el Concierto de las Naciones en la Capilla Real de Cataluña, con una concepción de interpretación en la que se cuidan las condiciones propias de la época en que se escribió: instrumentos de época con afinación a 430 hz., solistas y conjunto vocal reducido a 20 participantes con las voces cansadas para revivir el fervor católico y la esperanza de la misericordia divina. Me resisto hoy a colocar enlaces en el texto, a “hipervincularlo” pues son tantas las versiones de estas joyas musicales que os propongo, y es tan fácil llegar a ellas escribiendo en Youtube Requiem o Ave Verum, que dejo a vuestro criterio elegir la que más se ajuste a vuestro tempo interior y personalidad.
Y para terminar, os aconsejo contrastar este Requiem en sus múltiples versiones con los de otros compositores como Verdi, Brahms, Fauré o Britten y disfrutar de la “eternidad” de música apropiada para este día en versiones de calidad que nos ofrece la Red.
Post inspirado en el de nuestra compañera de la Facultad de Educación Sara Román en el Blog de Comunicar.

Ave Verum Corpus (Mozart) - King's College, Cambridge  
  Mozart Ave Verum Corpus por Leonard Bernstein  Requiem - Mozart by Gardiner W. A. Mozart, Requiem: Introitus. Jordi Savall & Le Concert des Nations

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