En otras ocasiones les he hablado de los numerosos beneficios que ofrece escuchar música. Hoy les propongo que canten.
Y es que cantar es muy bueno para la salud y el bienestar, seguramente mucho más de lo que piensa. De hecho, si desde hace tiempo la musicoterapia se emplea con éxito para ayudar a muchos pacientes a mejorar su calidad de vida, la terapia del canto también está copando el interés de los investigadores.
Cantar es bueno para la mente, para los sistemas respiratorio y circulatorio…
Cantar suele ser considerado como un mero entretenimiento, pero lo cierto es que en algunos pueblos primitivos el canto tenía un papel destacado en la celebración de rituales de todo tipo, incluidos los curativos.
En los últimos años ha aumentado el valor que se concede a esta práctica como acompañamiento de diferentes terapias, dados los numerosos beneficios que ofrece tanto a nivel físico como psicológico.
Eso sí, algunos estudios han demostrado que la obtención de esos efectos beneficiosos depende mucho de la forma en que se cante. Y es que no es lo mismo hacerlo a diario mientras se realizan las tareas del hogar, que cantar en grupo, improvisar, realizar técnicas de canto para mejorar la respiración o incluso ser un profesional de la canción.
¿Listo para “dar la nota”?
Numerosas investigaciones han demostrado que cantar refuerza el sistema pulmonar y mejora la función respiratoria, ya que se usan más los órganos y músculos del aparato respiratorio. Y, evidentemente, los cantantes profesionales son los que antes notan estos beneficios, pues cantar forma parte de su rutina.
De hecho, varios estudios han demostrado que para reforzar la función respiratoria cantar es una buena alternativa a ejercicios más tradicionales como respirar con el diafragma, cambiar el ritmo de la respiración siguiendo un patrón dado…
Y es que estos ejercicios acaban resultando aburridos por su repetición, lo que hace que muchos pacientes los abandonen antes de obtener una mejoría. Sin embargo, la cosa cambia cuando lo que se les pide es cantar, pues obtienen los mismos resultados ¡mientras se divierten!
Esta práctica para mejorar el rendimiento de los pulmones interesa especialmente a las personas con trastornos y problemas respiratorios (asma, EPOC -enfermedad pulmonar obstructiva crónica-…). Pero cantar también reporta beneficios a los pacientes de enfermedades crónicas neurodegenerativas como el párkinson, ya que ayuda a mitigar algunos síntomas y mejora su calidad de vida.
E incluso si usted está bien de salud, no desdeñe las virtudes del canto, pues siempre viene bien reforzar la capacidad pulmonar. Está comprobado que un mayor control respiratorio ayuda a mejorar la coordinación cardiopulmonar, lo que se traduce en una mayor capacidad de llenar los pulmones con cada inspiración (denominada “capacidad vital”, que disminuye a medida que se envejece).
Asimismo, varios estudios han demostrado que los cantantes profesionales tienen una capacidad pulmonar superior a la media, así como una menor presión arterial. La explicación estaría en que con el canto se consigue una mayor sinergia entre el sistema respiratorio y el circulatorio.
Esta mejora interesa sobre todo a los pacientes de enfermedades cardiovasculares, como demuestra el sorprendente caso de una mujer de 76 años con hipertensión crónica: debía reducir su presión sanguínea antes de someterse a una cirugía de rodilla, para lo que tomó medicamentos que no le hicieron ningún efecto; sin embargo, sí consiguió que bajara de 200 a 180 mmHg cantando varios salmos religiosos.
Por último, cantar de manera habitual también aumenta la variabilidad de la frecuencia cardíaca, esto es, las fluctuaciones de los latidos dentro del ritmo cardíaco. Esta fluctuación debe ser lo más amplia posible, pero sin llegar a ser muy exagerada. Y es que una amplia variabilidad en la frecuencia cardíaca (entre latido y latido) es un marcador de buena salud, mientras que una menor está asociada a depresión y ansiedad.
Mejor improvisar
Un hecho curioso es que los estudios centrados en los beneficios del canto sobre el estado de ánimo han obtenido conclusiones diferentes dependiendo de si las personas que formaban parte de la investigación cantaban por gusto o porque eran cantantes profesionales (es decir, estaban obligados a hacerlo). En resumen: es necesaria una sensación de disfrute para obtener esos beneficios.
Y es que no hay que olvidar que cantar es ante todo una manera de expresarse que tiene un impacto muy positivo en el estado de ánimo e incluso en las relaciones sociales. Esto se debe a que cantar:
- Activa la secreción de endorfinas, lo que aumenta la sensación de felicidad. (11)
- Baja el nivel del cortisol (hormona que se libera como respuesta al estrés) y aumenta la presencia de inmunoglobulina A (uno de los principales anticuerpos del organismo), lo que contribuye a un refuerzo del sistema inmunitario. (12)
- Aumenta la concentración de oxitocina (la llamada “hormona del amor”, que refuerza la empatía y el vínculo social y está relacionada con una mayor confianza y con un comportamiento más positivo). Eso sí, para obtener este resultado el canto debe ser improvisado, ya que no se han observado los mismos resultados al cantar canciones concretas. (13)
- Mejora el humor y reduce la ansiedad, sobre todo si se canta en grupo. (14)
¿Se apunta a un coro?
En muchas terapias realizadas con grupos de exclusión social se han incorporado talleres de canto coral para mejorar el estado de ánimo de los participantes. Así, se ha hecho en residencias geriátricas, en las cárceles y en los centros que atienden a gente sin hogar, por ejemplo, aunque también es común ver coros en las universidades o en las comunidades de vecinos.
El objetivo en todos los casos es reforzar la conexión con otras personas y que los participantes se sientan parte de un grupo del que reciben apoyo.
Un estudio analizó los cambios emocionales producidos en cantantes en solitario y corales. Se observó que estos últimos experimentaban un mayor disfrute y placer que los cantantes en solitario, debido a que ese sentimiento de pertenecer a un grupo mejoraba su estado de ánimo. Y eso se traduce a su vez en una mejor calidad de vida y en una mayor resiliencia (capacidad del organismo de adaptarse a cualquier situación).
Estos beneficios hacen que el canto resulte especialmente interesante para los pacientes con deterioro cognitivo (demencia, alzhéimer…). Aunque parezca mentira, las personas que tienen serias dificultades para recordar son capaces de cantar a la perfección canciones que aprendieron hace años, incluso durante su infancia.
También se ha demostrado que ayuda a los pacientes con afasia (dificultad o incluso imposibilidad para hablar), generalmente tras haber sufrido un ictus. Y es que, aunque no puedan hablar, sí son capaces de cantar, ya que ambas acciones están controladas por diferentes áreas del cerebro.
A raíz de ese descubrimiento, en algunas rehabilitaciones para superar la afasia se incluyen terapias de canto para enseñar a los pacientes a usar cierta entonación musical y así poder expresarse.
Como ve, cantar es toda una herramienta que ayuda a mejorar la salud y el bienestar. Y además es algo que todos podemos hacer y con lo que siempre nos vamos a divertir.
¿Ha pensado en apuntarse a un coro? Muchos centros culturales y asociaciones tienen el suyo y siempre están encantados de recibir a nuevos integrantes. Y si lo que quiere es divertirse cantando con los amigos o en familia, cada vez hay más karaokes donde puede emular a su cantante favorito… ¡y ganar en salud mientras disfruta!
¡A su salud!
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