lunes, 6 de noviembre de 2023

Saborear el instante. Por JA Hernández



Saborear un instante vacío durante la luz matizada del atardecer y con-sentir con esa sensación de tranquilidad que a veces nos embarga es vivir rentabilizando los importantes minutos que acompañan a la caída de la tarde y de la vida: es aprovechar los momentos en los que, sin actividades físicas ni mentales, podemos vivir intensamente.
A veces tengo la impresión de que –incluso durante los tiempos de ocio- nos movemos más de la cuenta haciendo ejercicios físicos, preocupándonos por el día de ayer o por el día de mañana, llenando de ruidos y de imágenes los espacios y los tiempos vacíos, esos momentos que son los que podrían proporcionarnos descanso físico y mental. En mi opinión, la voluntad por aprovechar todas las horas del día llenándolas de actividades hace que perdamos nuestro tiempo y que malbaratemos nuestra vida.
Hoy os propongo –queridas amigas y amigos- que, para ganar tiempo –vida- lo mejor es que, de vez en cuando, quizás al atardecer, dediquemos un rato a acompañarnos a nosotros mismos, a permanecer en silencio, por ejemplo, mirando una hoja en blanco, sintiendo el latido del corazón o el ritmo la respiración. Estoy convencido de que este ejercicio es importante –imprescindible- para lograr que la vida del cuerpo y el descanso de la mente recobren sus propias cadencias.
Un minuto de silencio puede desvelarnos, además de la importancia vital de nuestra edad avanzada, el valor de este momento presente y único, y, quizás, ayudarnos a recuperar otros tiempos perdidos. Vivir humanamente es sentir este instante, es gustarlo y es disfrutarlo. Es adquirir conciencia de que estamos vivos. Piensa en ti, querida amiga, querido amigo: recuerda y proyecta: vive.

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