Los libros que he escrito y en los que he participado con algún capítulo. Somos en gran medida los libros que hemos leído, estudiado, profundizado o escrito. Nuestros padres nos animaron siempre a la lectura, a mí me regalaban libros por buenas notas y en cumpleaños.
En casa había una inmensa biblioteca, muchos de los libros venían desde los abuelos, y entre ellos discurrió nuestra infancia. Ver a la abuela María, a la única de mis abuelos que conocí, que no podía moverse, siempre leyendo, como mi padre. En mi vida hubo cuentos, aventuras, comics, historia, zoología y naturaleza… más tarde, ya adolescente, mi padre me permitía o prohibía algunos libros. Los que me prohibía, los leía inmediatamente. Así entré en Unamuno, Baroja, Pérez Galdós… y tantos otros, entre ellos los rusos, Tolstoy, Dostoyevski...
La lectura me hizo crítico y solidario, descreído para lo que se predicaba en aquellos años y creyente hacia las carencias, injusticias e incoherencias que me pasaban por delante. Y así seguí, leyendo y viviendo, estudiando y escribiendo. Hasta hoy y mientras la vista y el ánimo me den.
Animo siempre a leer, a palpar realidades propias y ajenas, a conocer pensamientos e ideas de otros lugares. Me abrió un mundo de posibilidades la lectura de literatura americana, sobre todo la indigenista, Ciro Alegría, Arguedas, Asturias, y otros muchos.... que me ayudaron a entender la realidad americana, que tanto me aportó.
También recuerdo los textos que tuve que enterrar o quemar en mi vida, una tristeza por cada uno de ellos, perseguidos por dictaduras en España, Chile, o Argentina.... Libros utilizados, manoseados, leídos y releídos, subrayados, anotados, coleccionados, estudiados, reseñados, recomendados, regalados, perdidos, enterrados o incinerados.... libros amigos siempre.
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