jueves, 14 de septiembre de 2023

LEER LITERATURA. Por JA Hernández


Estoy de acuerdo en que los lectores son los que han mantenido vigentes durante siglos las obras de, por ejemplo, Homero, Virgilio, Plauto, Dante, Rabelais, Shakespeare, Andersen, Cervantes, Calderón de la Barca o Lope de Vega. Si el recuerdo mantiene con vida a nuestros seres queridos, la lectura es la actividad que hace que consideremos a unos escritores como clásicos.

Pero, en mi opinión, la calidad de las obras literarias radica también en su capacidad para descubrirnos un mundo más rico que el que percibimos por los sentidos y por la inteligencia, en su habilidad para que conozcamos la vida humana en su complejidad, para que la vivamos en su intensidad y para que la disfrutemos con fruición.

Por eso, queridos amigos, les animo para que aprovechéis este tiempo tras el verano para leer o releer obras literarias impulsados por la ilusión de conocer historias que, aunque no tengan nada que ver con vuestras vidas, os descubran el fondo misterioso de los sucesos actuales aparentemente anodinos. Todos seguimos necesitando ese mundo de la ficción que nos permita soportar y vivir la realidad cotidiana que suele ser monótona y anodina. No olvidemos que la imaginación, esa facultad específicamente humana, tiene mucho que ver con la “sabiduría”, con la facultad de «saborear» la vida. Sí, “saber” es “saborear” el valor de cada cosa y el humor, el buen humor, es un procedimiento humano para atenuar los dolores del cuerpo y los sufrimientos del espíritu.

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