martes, 2 de mayo de 2023

Evitar la dictadura de la realidad . Por José Antonio Hernández



En días pasados me referí a la necesidad de ser realistas, hoy afirmo que existe el riesgo de que seamos excesivamente realistas. En mi opinión, es peligroso estar atrapados por la realidad porque nuestra visión de los objetos y de los episodios es parcial y reducida: sólo vemos las apariencias externas y a escasos metros; sólo percibimos la fachada de los hechos y la mayoría de las veces concedemos a la realidad más de lo que encierra y más de lo que puede ofrecer. Estar demasiado sometidos a esa visión y vivir acuciados por el miedo nos pueden succionar la dignidad de sujetos libres. Aunque es inevitable y saludable que experimentemos la pesadez de lo real, deberíamos procurar que las cosas no nos hundan con el lastre de la tristeza.

Si sólo experimentamos con los sentidos, sin añadir unas gotas de imaginación, de ilusiones, de creencias, de esperanzas y, sobre todo, de amores, no podremos disimular el aburrimiento y el hastío.

Empujados por cierta vocación de esclavitud, a veces nos sometemos a las dictaduras de una realidad que nos aburre, nos esclaviza y nos infunde miedo porque otorgamos a la realidad unos poderes tiránicos que nos mantienen en permanente angustia. Si pretendemos que la realidad no abuse de nosotros y si ansiamos que disminuya su dureza, debemos fortalecer nuestra personalidad pensando, imaginando, creyendo, esperando y, sobre todo, amando.
(Texto emitido en el programa de Radio Cádiz, Hoy por Hoy Cádiz, dirigido por Carlos Alarcón, a las 13, 10, tras el boletín de las 13)

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