Eran 16.30h de la tarde del 16 de agosto del año 2022. Me encontraba en estado de “siesta con desconexión total”… cuando una llamada de tlno atenta contra mis neuronas. Cuando compruebo que la llamada procede de Unicaja, pienso que puede ser algo relacionado con las actividades que organizan y que yo mismo les pedí los locales de la Plaza de san Antonio, el pasado 12 de mayo para realizar unas Jornadas… por lo tanto, lo cojo. Una amable señorita me pregunta que si en esos momentos yo estoy realizando dos transferencias de 1900 y 1000 Euros desde mi cuenta corriente… le respondo que no; que duermo plácidamente la siesta. Me dice: “pues alguien lo está haciendo por usted desde su cuenta del banco”. ¿Desea usted interrumpir esa operación? … claro que sí. Pues para anular la primera, me tiene que dar la posición 1,4,5 y 8 de su firma electrónica. Espere un momento, por favor, que la tengo que escribir porque “estoy dormido”… y se los doy. Bueno, hemos anulado la primera, ¿anulamos también la segunda? Si claro; pues me tiene que decir la posición 2,3,6 y7 de su firma electrónica… y se los doy. Para finalizar y con el fin que desde mañana le manden una nueva tarjeta de crédito, pues por seguridad hemos anulado sus tarjetas, va a recibir en su móvil una clave que nos tiene que decir. Voy al cuarto de baño, me lavo la cara, veo el mensaje recibido que dice ”no comparta esta clave con ninguna persona” … se lo refiero a la locutora y me dice “sí pero en este caso es para su bien”… Y CUELGO SIN DAR EL DATO.¡ Me salvo por los pelos!
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