El dramaturgo y filósofo francés Gabriel Marcel (1889 – 1973) afirma que “decirle a alguien te quiero es afirmar que no morirá”. ¿Por qué? nos preguntamos nosotros. Y respondo: porque amar es sentir que estamos vivos, es experimentar la alegría de que otras personas viven, y es tomar conciencia de lo mucho que vivimos y disfrutamos repitiéndonos todos los días –con palabras, con gestos, con miradas, con hechos o con silencios expresivos- que nos amamos.
Porque, simplemente, estando con las personas a las que respetamos, admiramos y amamos, llenamos de sentido nuestros espacios y nuestros tiempos, expresamos y “profesamos” las valiosas emociones que experimentamos cuando, simplemente, “con-vivimos”: con estos lenguajes explicamos nuestra alegría al experimentar el misterio de la sintonía y de la armonía humanas.
Todos hemos sentido esa sensación de plenitud cuando expresamos nuestros sentimientos de amor, la clave que explica y justifica lo que pensamos, decimos, deseamos y hacemos. No necesitamos ser filósofos ni escritores para descubrir y describir que todas nuestras actividades tienen sentido cuando, sin pronunciar palabras, afirmamos que la simple existencia de esa o de esas personas llena de sentido lo que pensamos, decimos, hacemos, sufrimos o disfrutamos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario