Hoy sábado, 29 de abril, se celebra el Día Internacional de la Danza creado por el Comité de Danza del Instituto Nacional del Teatro (ITI) en 1982, para conmemorar la fecha de cumpleaños de Jean-Georges Noverre (1727-1810), creador del ballet moderno. El objetivo del Día Internacional de la Danza es celebrar la danza, deleitarse con la universalidad de esta forma de arte, cruzar todas las barreras políticas, culturales y étnicas, y unir a las personas con un lenguaje común.
La autora del mensaje de este año es la coreógrafa y bailarina china Yang Liping.
Danza – Una vía para comunicarse con el Mundo
"El lenguaje corporal es la forma más instintiva de comunicación que tiene la humanidad. Ya como recién nacidos usamos nuestras manos y pies para realizar gestos similares a la danza, incluso antesde aprender a pronunciar una palabra. Es entonces cuando surge la danza de esta “lengua primitiva”.
Muchas cosas incitan a las personas a danzar. En mi ciudad natal mi abuela alguna vez me dijo que la danza era una manera de agradecer al Sol por traer calor y luz a nuestras vidas. Cuando hay una buena cosecha bailamos con el corazón alegre en los campos para expresar nuestra gratitud a la Tierra. Cuando conocemos a alguien que amamos danzamos como un pavo real que extiende su plumaje para ganar su afecto. Incluso cuando enfermamos podemos apelar a misteriosos rituales dancísticos para repeler a los demonios de la enfermedad. En mi mundo, la danza se entreteje intrincadamente en nuestra vida y existencia desde edad temprana.
La danza siempre ha sido la llave que abre la comunicación de los seres humanos con la naturaleza y los demás seres vivos. Hay un dicho en mi ciudad natal: “Si tienes piernas pero no puedes bailar, has desperdiciado tu vida en vano.
En lo que a mí respecta, la danza es lo mismo que la vida y la naturaleza: es su verdadera esencia.
Algunas personas llegan a este mundo a dejar descendencia, otras a disfrutar la vida, otras a buscar experiencias. En mi caso, soy una observadora de la vida; vengo a ver cómo florece y se marchita una flor, cómo flotan las nubes y se condensa el rocío... Por lo tanto, toda mi inspiración creativa viene de la vida y la naturaleza: el resplandor de la luz de la Luna, la exhibición de las plumas del pavo real, la metamorfosis de una oruga en mariposa, la manera en la que una libélula roza la superficie del agua, la manera en que una oruga se contorsiona, la forma en la que las hormigas forman una fila...
Hace muchos años subí al escenario y bailé mi primera coreografía, El alma del Pavo Real. El pavo real es una criatura que en el Mundo Oriental simboliza lo sacrosanto y representa la belleza, ya que su apariencia se asemeja a la del ave fénix, con una postura encarnada comparable a la del dragón.
La cultura dancística de la humanidad es abundante en atributos y puntos comunes.
Encontramos la esencia de la danza por medio de la observación de la naturaleza, de la vida y de todos los seres vivos que nos rodean. Mi país también tiene una abundante cultura dancística que impulsa apasionadamente como una herencia. He llevado a escena algunas de las danzas primitivas tradicionales como la Yunnan Impression, el Tibetan Riddle, la Pingtan Impression y otras muchas, con las que la gente quedó profundamente impresionada por su belleza cautivadora y su significado cultural. Heredamos todas ellas de nuestros ancestros, lo cual implica que se requiere de nuestro esfuerzo para que sean preservadas y presentadas al resto del mundo.
Durante décadas como bailarina he continuado mi exploración del ilimitado reino de la danza y he sido invitada a la creación de trabajos experimentales contemporáneos como Under Siege – La historia completa de Adiós a mi concubina y Rite of Spring.
Mi arte se inspira en la naturaleza de mi ciudad natal, mi experiencia personal y la profunda civilización Oriental, la cual es parte integral de la civilización mundial en la medida en que la provee de diversidad, riqueza y, sobre todo, inspiración. “Aprender de la naturaleza” y de “la Unidad del hombre y el universo” conforman la filosofía, la sabiduría y la estética de Oriente. Estas doctrinas son también el núcleo espiritual de mi arte.
Como seres humanos debemos respetar a la naturaleza, aprender de ella y armonizar con ella, como lo hacen la tierra, las montañas y el cielo. Bailarines y coreógrafos deben escuchar más atentamente las alegrías y tristezas del mundo utilizando la danza para completar el diálogo que hemos sostenido con la naturaleza y la vida por miles de años.
Hoy continuaré compartiendo nuestra cultura dancística e invito a todos los bailarines del mundo que aman la danza y que expresan sus emociones a través de ella a que bailemos unidos para transmitir nuestro amor y alabanza al cielo y a la tierra.
La vida nunca termina y la danza nunca cesa".
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