INFORMACIÓN EN TEATRO VILLAMARTA.
Empieza el acto con la llegada de un grupo de payasos a un pueblo, en la festividad de la Virgen de Agosto. La compañía, dirigida por Canio, está formada también por su esposa Nedda, el jorobado Tonio, y Beppe.
Empieza el acto con la llegada de un grupo de payasos a un pueblo, en la festividad de la Virgen de Agosto. La compañía, dirigida por Canio, está formada también por su esposa Nedda, el jorobado Tonio, y Beppe.
El recibimiento es acogedor. Canio anuncia al pueblo que esa noche hay un gran espectáculo. Cuando Nedda baja, Tonio le trata de ayudar pero Canio le da un pequeño golpe mientras que los lugareños le ríen las gracias. Los celos de Canio vuelven a resurgir cuando algún joven le insinúa, que Tonio, se quedaba para cortejar a Nedda.
Canio muestra en este aria, "Un tal gioco, credetemi", un carácter revelador del final de esta ópera ya que deja bien claro que el final, en la realidad, sería bien diferente del de la obra en caso de que Nedda le engañase con algún hombre.
La llegada de gaiteros acompañando la comitiva de parejas que van a las vísperas, junto a las campanadas de la iglesia del pueblo, hacen que la gente despeje la plaza ("Don, din, don, din. suona vespero"). Cuando Nedda se queda sola, se pone a pensar y preocuparse por la actitud celosa mostrada por Canio ...¡¡qué fuego tenía en la mirada!!). Nedda está enamorada secretamente de otro... Sin embargo, Tonio no había marchado y estaba observándola. Cuando ella lo descubre, la conversación es punzante por parte de Nedda, que tanto desprecia a él como a sus ridículos intentos de acercársele. El constante desprecio y la mofa llevan a Tonio a amenazarla de "que lo pagará" mientras que sale de escena. La llegada de Silvio alegra a Nedda, primero inquieta por la imprudencia, pero el amor vuelve a salir en este dúo... con un espectador terrible, ya que Tonio ha observado que Silvio trata de convencer a Nedda para huir. El dúo es sentido, emocionado, un Silvio implorante, una Nedda deseosa de ser libre que acaba convencida, citándose para medianoche. Esta parte de la conversación ha sido escuchada por Canio, acompañado por Tonio -cual Yago- y que salta ante la exclamación de ella a Silvio, lo que hace que el amante de Nedda huya. Canio se muestra colérico y trata de averiguar el nombre de esa persona que estaba junto a ella pero Nedda calla. La escena es atroz y los compañeros tratan de apaciguarlo ya que la gente está a punto de salir de la iglesia y no debe de ver tal "espectáculo"; Tonio trata de tranquilizarlo asegurándole que el amante estará esa noche viendo el espectáculo y le pide que finja. En este momento se canta el aria "Recitar!....Vesti la giubba", que refleja ese dicho "la gente paga y quiere reír" y el célebre "ridi, Pagliaccio", que ha popularizado esta ópera en el mundo gracias a tenores que no han dudado en representar este papel y lograr una interpretación histórica del personaje. Canio se muestra hundido pero "el espectáculo ha de seguir" y ha de actuar para el público. El intermedio sirve para prepararnos para la obra que la compañía de payasos va llevar adelante. En esta "Commedia dell'Arte" Canio es Pagliaccio, Nedda es Colombina, Tonio es Tadeo y, por último, Beppe es Arlecchino.
Canio muestra en este aria, "Un tal gioco, credetemi", un carácter revelador del final de esta ópera ya que deja bien claro que el final, en la realidad, sería bien diferente del de la obra en caso de que Nedda le engañase con algún hombre.
La llegada de gaiteros acompañando la comitiva de parejas que van a las vísperas, junto a las campanadas de la iglesia del pueblo, hacen que la gente despeje la plaza ("Don, din, don, din. suona vespero"). Cuando Nedda se queda sola, se pone a pensar y preocuparse por la actitud celosa mostrada por Canio ...¡¡qué fuego tenía en la mirada!!). Nedda está enamorada secretamente de otro... Sin embargo, Tonio no había marchado y estaba observándola. Cuando ella lo descubre, la conversación es punzante por parte de Nedda, que tanto desprecia a él como a sus ridículos intentos de acercársele. El constante desprecio y la mofa llevan a Tonio a amenazarla de "que lo pagará" mientras que sale de escena. La llegada de Silvio alegra a Nedda, primero inquieta por la imprudencia, pero el amor vuelve a salir en este dúo... con un espectador terrible, ya que Tonio ha observado que Silvio trata de convencer a Nedda para huir. El dúo es sentido, emocionado, un Silvio implorante, una Nedda deseosa de ser libre que acaba convencida, citándose para medianoche. Esta parte de la conversación ha sido escuchada por Canio, acompañado por Tonio -cual Yago- y que salta ante la exclamación de ella a Silvio, lo que hace que el amante de Nedda huya. Canio se muestra colérico y trata de averiguar el nombre de esa persona que estaba junto a ella pero Nedda calla. La escena es atroz y los compañeros tratan de apaciguarlo ya que la gente está a punto de salir de la iglesia y no debe de ver tal "espectáculo"; Tonio trata de tranquilizarlo asegurándole que el amante estará esa noche viendo el espectáculo y le pide que finja. En este momento se canta el aria "Recitar!....Vesti la giubba", que refleja ese dicho "la gente paga y quiere reír" y el célebre "ridi, Pagliaccio", que ha popularizado esta ópera en el mundo gracias a tenores que no han dudado en representar este papel y lograr una interpretación histórica del personaje. Canio se muestra hundido pero "el espectáculo ha de seguir" y ha de actuar para el público. El intermedio sirve para prepararnos para la obra que la compañía de payasos va llevar adelante. En esta "Commedia dell'Arte" Canio es Pagliaccio, Nedda es Colombina, Tonio es Tadeo y, por último, Beppe es Arlecchino.
El acto II comienza con el coro de aldeanos que se van aposentando en sus asientos para ver la obra. Entre ellos está Silvio, que le recuerda que la esperará al final.
El desarrollo es el siguiente: Colombina está en una salita paseando mientras la voz de arlequín implora por su amor. La llegada de Tadeo, bufón enamorado de Colombina, nos devuelve, aunque sea de forma jocosa, al primer acto respecto al encuentro de Tonio y Nedda. Arlequín sube y alcanza la ventana de la habitación donde está Colombina y Tadeo y echa al bufón ante las risas del público. El pequeño dúo amoroso-jocoso culmina con las mismas palabras que Nedda dijo a Silvio, lo que acelera la furia en Canio. La entrada en escena como Pagliaccio es el fin de la ópera. La realidad empieza a sobrepasar a la ficción. Ante el público atónito, Pagliaccio desaparece para que Canio se muestre como tal ("Pagliaccio non sono...") con una actitud tan despiadada ante Nedda que le exige que revele el nombre de su amante. Nedda trata de seguir con su papel de Colombina y seguir con la comedia pero el intento es infructuoso ya que Canio ya está lleno de ira y dispuesto a matarla. Silvio, que ha sido el único en el público que pensaba que la escena no era de ficción, intenta salvarla pero sólo logra ponerse a tiro de Canio, que también lo mata. Con un terrible e irónico "La commedia è finita", concluye la ópera mientras el telón baja ocultando los cuerpos inertes de los dos amantes.
Tras un preludio breve, la ópera empieza a telón bajado con la interpretación de una serenata que Turiddu canta a una joven llamada Lola. El fragmento en cuestión es parecido al estilo de las célebres "napolitanas". Cuando se levanta el telón observamos una plaza pública vacía con una iglesia con las campanadas repiqueteando y una taberna donde está Mamma Lucia trabajando. La gente va llegando a la plaza para entrar en la iglesia. Una de las personas es Santuzza, novia de Turiddu, que acude a la taberna para poder hablar con Mamma Lucia, madre de su enamorado, ya que lo está buscando. Desde un principio, observamos un poco de reticencias de la madre para responder a Santuzza sobre el paradero de su hijo. Al final, le dice que se ha ido fuera a buscar vino, pero Santuzza no lo cree y lo niega con una actitud celosa. La llegada de Alfio, marido de Lola, propone un tono más jovial ("Il cavallo scalpita" El caballo trota) que rompe un poco con la tensión, pero sólo es un espejismo. La entrada en la taberna de Alfio y la conversación siguiente confirma a Mamma Lucia que Turiddu no ha marchado a comprar vino, sino que estaba cerca de la casa de Alfio. La escena de la iglesia es impresionante y, sobre todo, el "Innegiamo" cantado por Santuzza, que ha acudido a la iglesia. Fuera de la iglesia, Mamma Lucia le pide a Santuzza que le diga el porqué de hacerle un gesto de callar cuando hablaba con Alfio. Santuzza le explica que Turiddu ha vuelto con Lola, anterior novia de él, y por ello la ha abandonado. Turiddu le ha robado el honor como Lola lo ha hecho con Alfio. La llegada de Turiddu alcanza grandes momentos de tensión a lo largo de todo el dúo. Se observa que él, cada vez, se siente más indignado y ella oscila entre los celos y un amor que siente apagado. Lola aparece y la situación no mejora ya que Santuzza le insinúa "que los que no han pecado deben ir (a la iglesia)" en referencia al romance de Turiddu y Lola. La ruptura entre Santuzza y Turiddu es tan clara que se observa como los ruegos de ella quedan en nada ante él, bastante ofendido, por cierto y sin intención de perdonarla por sus arrebatos de celos. Cuando Turiddu entra en la iglesia, aparece, en mala hora, Alfio llegando a la plaza. Santuzza le revela toda la verdad entre Lola y Turiddu, lo que provoca la cólera del marido mancillado y sus ansias de venganza.
Tras el brillante intermezzo, la gente sale de la iglesia y Turiddu les invita a tomar un sorbo en la taberna mientras canta de forma festiva en honor al vino ("Viva el vino spumeggiante"...Viva el vino espumeante) al tiempo que los aldeanos acompañan con sus "viva". La alegría desaparece con la llegada de Alfio, desafiante, que provoca la marcha de todos los que estaban en la taberna, incluida Lola, preocupada por el tono de voz de su marido. Turiddu muerde la oreja a Alfio como señal de aceptar el desafío y le confiesa que es culpable y "que se dejaría matar como un perro". Alfio le insta a que aparezca "detrás del huerto". El último gran momento de esta ópera es la petición de Turiddu a su madre para que ayude a Santuzza en el caso de que él no volviese. Ante la preocupación de su madre por el tono sombrío de su hijo, Turiddu insiste con gran aflicción, como se percibe en ese "Un bacio, un bacio, mamma, un'altro bacio". Turiddu marcha hacia el duelo y muere. Un grito revela el fatal desenlace y una mujer anuncia la muerte del joven mientras que la orquesta culmina la ópera.
EN THIS IS ÓPERA
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