martes, 27 de febrero de 2024

¿Como usar Google Meet?


Para usar Google Meet, sigue estos pasos:

  1. Accede a tu cuenta de Google: Para utilizar Google Meet, necesitas tener una cuenta de Google. Si no tienes una, puedes crear una de forma gratuita en https://accounts.google.com/signup.

  2. Accede a Google Meet: Una vez que hayas iniciado sesión en tu cuenta de Google, puedes acceder a Google Meet de varias maneras:


    • Abre tu navegador web y dirígete a https://meet.google.com.
    • Utiliza la aplicación Google Meet en tu dispositivo móvil. Puedes descargarla desde la App Store (para dispositivos iOS) o Google Play Store (para dispositivos Android).
  3. Crear o unirte a una reunión:


    • Para crear una nueva reunión, haz clic en "Iniciar una reunión" o en "Programar en Google Calendar" para programarla con antelación.
    • Para unirte a una reunión existente, ingresa el código de reunión o el enlace proporcionado por el organizador de la reunión.
  4. Configura tus opciones de audio y video:


    • Antes de unirte a una reunión, Google Meet te pedirá permiso para acceder a tu cámara y micrófono. Asegúrate de permitir el acceso si deseas usar audio y video en la reunión.
    • Puedes elegir si quieres unirte a la reunión con el audio y video activados o desactivados.
  5. Durante la reunión:


    • Una vez dentro de la reunión, puedes usar los controles en la parte inferior de la pantalla para activar o desactivar tu cámara y micrófono, así como para compartir tu pantalla si es necesario.
    • También puedes usar el chat para enviar mensajes a los participantes de la reunión.
  6. Finalizar la reunión:


    • Para finalizar la reunión, haz clic en el botón rojo "Finalizar reunión" en la esquina inferior derecha de la pantalla.

¡Y eso es todo! Ahora estás listo para usar Google Meet para conectarte con tus colegas y amigos.

SÁBADO 23 DE MARZO A LAS 20H "CONCIERTO DE SEMANA SANTA" ORQUESTA Y CORAL DE LA UNIVESIDAD DE CÁDIZ

 



Grandes valores musicales gaditanos en el terreno de la composición y la interpretación se unen a un magnífico elenco de solistas, arropados por la Coral y la Orquesta de la Universidad de Cádiz.
PROGRAMA:
- Clamavit Iesus. Juan Pablo Otero
- Concierto para piano en LAm op. 16. Edvard Grieg
- Requiem HWV 155. Michael Haydn
INTÉRPRETES:
José Alberto Sancho, piano
Lucía Millán, soprano
María Ogueta, alto
Francisco Arbós, tenor
Damian Whiteley, bajo
Coral de la Universidad de Cádiz
Orquesta de la Universidad de Cádiz
DIRECCIÓN:
Juan Manuel Pérez Madueño
CONCIERTOS ANTERIORES

lunes, 26 de febrero de 2024

La Fundación Cajasol inaugura la exposición "Estrenos" Semana Santa 2024

 


El presidente de la Fundación Cajasol tiene el placer de invitarle a la inauguración de la Exposición “ESTRENOS". 

El acto tendrá lugar el próximo martes, 27 de febrero, a las 19.30h, en la Fundación Cajasol (Plaza San Antonio, 14, Cádiz. Casa Pemán). 

La exposición estará abierta al público hasta el 10 de marzo, de 11:00 a 14:00 horas y de 16:30 a 20:30 horas, de lunes a sábado (domingos y festivos cerrado).

¿Hay que aceptar siempre las cookies?


No es estrictamente necesario aceptar todas las cookies que se te presenten al visitar un sitio web. Sin embargo, es importante comprender las opciones que tienes y las implicaciones de tus decisiones.

Algunos sitios web pueden requerir que aceptes ciertas cookies para acceder a ciertas funciones o para mejorar tu experiencia de usuario. Por ejemplo, algunas cookies pueden ser necesarias para mantener tu sesión iniciada o para recordar los elementos en tu carrito de compras en línea.

Por otro lado, muchas plataformas web te ofrecen la opción de gestionar tus preferencias de cookies, lo que te permite aceptar o rechazar ciertos tipos de cookies según tus preferencias. Por lo general, esta configuración se encuentra en la configuración de privacidad o cookies del navegador web que estés utilizando.

Al evaluar si aceptar o no las cookies, es importante considerar tu nivel de comodidad con el seguimiento de tu actividad en línea, así como tu preocupación por la privacidad y la seguridad de tus datos personales. En última instancia, la decisión de aceptar o rechazar las cookies depende de tus preferencias individuales y de cómo desees gestionar tu experiencia en línea.

domingo, 25 de febrero de 2024

¿Qué son las cookies y para qué sirven?


Las cookies son pequeños archivos de texto que los sitios web colocan en tu dispositivo cuando los visitas. Estos archivos contienen información que el sitio web puede usar para diversas finalidades. Algunas de las funciones más comunes de las cookies incluyen:

  1. Almacenamiento de información de sesión: Las cookies pueden mantener información sobre tu sesión en un sitio web, como el inicio de sesión, los elementos en tu carrito de compras, etc.

  2. Personalización de la experiencia del usuario: Las cookies pueden utilizarse para recordar tus preferencias en un sitio web, como el idioma preferido, el diseño de la página, etc.

  3. Seguimiento del comportamiento del usuario: Las cookies pueden rastrear tu actividad en un sitio web, como las páginas que visitas, el tiempo que pasas en cada página, los productos que miras, etc. Esto puede ayudar a los sitios web a mejorar su contenido y ofrecerte publicidad personalizada.

  4. Análisis del tráfico del sitio web: Las cookies pueden recopilar información sobre cómo los usuarios interactúan con un sitio web, como el número de visitantes, las páginas más populares, etc. Esto puede ayudar a los propietarios del sitio web a mejorar su diseño y contenido.

  5. Publicidad dirigida: Las cookies pueden utilizarse para mostrar anuncios personalizados según tus intereses y comportamiento en línea.

Es importante tener en cuenta que las cookies pueden ser tanto "de sesión" (se borran cuando cierras tu navegador) como "persistentes" (se almacenan en tu dispositivo durante un período de tiempo específico). Además, algunas cookies son establecidas por el propio sitio web que estás visitando (cookies de primera parte), mientras que otras son establecidas por terceros, como empresas de publicidad o análisis (cookies de terceros).

¿Cómo hacer la comunicación por Internet?


La comunicación por Internet se puede llevar a cabo de diversas maneras, utilizando diferentes herramientas y tecnologías. Aquí tienes algunas formas comunes de comunicación en línea:

  1. Correo electrónico: Es una de las formas más tradicionales de comunicación por Internet. Puedes enviar y recibir mensajes de texto, archivos adjuntos, imágenes, etc., utilizando servicios de correo electrónico como Gmail, Hotmail, Yahoo Mail, entre otros.


  2. Mensajería instantánea: Aplicaciones como WhatsApp, Telegram, Facebook Messenger, entre otras, permiten la comunicación en tiempo real a través de mensajes de texto, voz, y en algunos casos, video.


  3. Videoconferencias: Plataformas como Zoom, Skype y Google Meet permiten realizar reuniones virtuales en las que los participantes pueden verse y escucharse en tiempo real a través de cámaras web y micrófonos.


  4. Redes sociales: Plataformas como Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn, entre otras, permiten la comunicación con amigos, familiares y colegas a través de publicaciones, mensajes directos, comentarios y chats.


  5. Foros y grupos de discusión: Sitios web, plataformas y grupos de Facebook ofrecen espacios para discutir y compartir información sobre temas específicos.


  6. Juegos en línea: Muchos juegos en línea permiten la comunicación entre jugadores a través de chat de texto o voz mientras juegan.

Estas son solo algunas de las formas más comunes de comunicación por Internet, pero hay muchas otras herramientas y plataformas disponibles para satisfacer diferentes necesidades de comunicación.

CINES CENTRO (16,18,20 Y 22H). ‘Nefarious’: cuando habla el Diablo. Por Manuel Bustos (Diario de Cádiz)


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No es terror, es thriller carcelario y teológico

Se dice que el éxito del Diablo en nuestro tiempo ha sido el conseguir que se niegue su existencia. Incluso en donde esta debería ser más recordada, en la propia Iglesia, se ha convertido para muchos en un gran olvidado, tal vez porque han dejado de creer en él, temen ser acusados de retrógrados o han difuminado su figura y su acción hasta convertirlo de facto en inexistente. Paradójicamente, este panorama viene a coincidir con una época donde la presencia del mal campa por sus fueros y no deja de avanzar. Y se trata de un mal que actúa con alevosía: guerras crueles, asesinatos con regodeo y, además, truculentos, inversión manifiesta de valores, exhibición de atentados contra la ley natural y la ley divina, niños prostituidos, blasfemia contra lo considerado sagrado por muchos, procacidad y, por si aún hubiese duda, aumento de ceremonias satánicas, incluidas en ellas instituciones venerables como la propia Universidad.

En estas últimas semanas hemos podido asistir al sorprendente éxito alcanzado por Nefarious, la película de Chuck Konzelman y Cary Salomon. No es la primera vez que el tema del Demonio y sus posesiones ha sido abordado. Hace años triunfaba abriendo el ciclo la película de El exorcista, antes considerada un film de terror que de reflexión filosófica y teológica sobre la existencia del Mal y de su representante máximo. A esa película han seguido otras, aunque no con los buenos resultados de taquilla que la primera. Han resucitado igualmente libros publicados hace tiempo, ya casi olvidados, con dicha temática. Además del gusto por lo excepcional, siempre presente, qué duda cabe que hay una percepción entre los ciudadanos del mal creciente y de la entrada en una especie de tiempo final, asimilado tradicionalmente con el avance del Mal y la manifestación de la figura del Anticristo.

La película que aquí comentamos es de diferente tenor. De entrada conviene decir que se trata de una obra valiente, inactual a pesar de su rabiosa actualidad, con una magnífica interpretación a cargo de dos actores poco conocidos, Sean Patrick Flanery y Jordan Belfi. No se trata de una película para un gran público: el escenario donde discurre se ciñe básicamente a las dependencias de una prisión estadounidense de alta seguridad; la trama de fondo se resuelve en torno al diálogo y la discusión, a veces violenta, entre el reo poseído por el Diablo, a punto de ser conducido a la silla eléctrica por los crímenes anteriormente cometidos, y su interlocutor, un psiquiatra ateo convencido del alto valor de su profesión y de sus convicciones, y, por ende, de la capacidad de su ciencia para tratar y resolver los problemas mentales. De hecho, su intención no es otra sino salvar con ella al preso de la condena, demostrando la existencia en él de una enfermedad subyacente.

A través de un intercambio de puntos de vista, los directores de la película nos presentan el viejo debate entre la ciencia, en este caso referida a los efectos de dos personalidades contrapuestas en un solo individuo, y el desconocido e inabarcable ámbito de lo sobrenatural. Este desafía y pone a prueba al primero, cuando, como es el caso, este se limita a reducir al hombre a solo aquello que la razón, replegada sobre sí misma, es capaz de comprender. En última instancia, el Diablo se confronta, por medio de Edward, el condenado, con la mentalidad moderna, que a través del uso de la ciencia y la técnica pretende explicar y abarcar todo, incluso aquello que queda fuera de su ámbito.

Pero, a mi juicio, el valor más alto de la película, además de lo ya expuesto, es que desvela frente a un mundo incrédulo (para las verdades de la fe cristiana, que no las de las nuevas religiones laicas) el poder del Mal, la presencia creciente del Demonio en nuestras vidas y en la sociedad occidental en general; su capacidad para el engaño, para convertir conductas perversas en aparentemente en buenas, justificarlas y permitir así su asimilación. Se muestran en el guion, así pues, temas que no han sido considerados en nuestro tiempo a la luz de una recta razón, ni a veces del propio sentido común, apoyadas en todo un corpus ideológico pensado para avalar conductas desordenadas, que, además de perjudicar al conjunto de la sociedad, dañan en primer lugar a quien las practica, apartando de él todo atisbo de mala conciencia. Aparecen, sí, temas que nos guardamos de plantear a fondo sin sesgos ideológicos, cuya malignidad se trata frecuentemente de ocultar, como son los del aborto, la eutanasia, las rupturas familiares, el poder deshumanizador de las nuevas tecnologías, el individualismo desatado, el control social exagerado o la prepotencia humana. En definitiva, el poder del Mal y del Diablo cuando le dejamos las puertas abiertas. Y qué duda cabe que nuestra sociedad se las ha dejado bien accesibles.