Música: Richard Wagner Director musical: Kirill Petrenko Tenor: Jonas Kaufmann Repertorio: Overtura de Tannhäuser, La Valquiria, Acto 1 Director musical: Kirill Petrenko | Tenor: Jonas Kaufmann
Sinopsis Para celebrar la nochevieja, la Filarmónica de Berlín y el director titular Kirill Petrenko presentan un emocionante programa con música de Richard Wagner con el tenor Jonas Kaufmann como invitado especial considerado uno de los cantantes más importantes del mundo.
El termómetro surfea los cero grados, antojándose en Madrid una noche casi polar… como si el tiempo nos regalara una "experiencia inmersiva" de la película que vamos a ver.
Y, es que, después de una larga espera, por fin llegó a los cines españoles La sociedad de la nieve, la única superproducción que ha contado con la "aprobación" de sus auténticos protagonistas, los supervivientes del accidente de avión en la cordillera de los Andes en 1972 -¡Viven! rozó, para muchos de ellos, el calificativo de simple "americanada"-.
Con un presupuesto de 60 millones de euros -la más cara de la historia de España-, esta coproducción hispano-estadounidense de Netflix, dirigida por el español J. A. Bayona -el de Lo imposible- y para mayores de 16 años (tiene escenas desagradables), será nuestra representante en los próximos Premios Oscar. Una obra rodada en Sierra Nevada, Granada (España), que ha tenido el acierto de hacer actuar a un grupo de jóvenes actores que se ha ganado el elogio de la crítica y el público.
Pero, ¿merece la pena ver La sociedad de la nieve? ¿transmite valores útiles para ésta, nuestra sociedad, la "de la tierra"? Cuando se acaban de cumplir 50 años de la "tragedia" -para algunos- o del "milagro" -para otros-, ¿qué papel jugó Dios allá arriba? ¿cómo logra plasmar la película todos estos aspectos? ¿cómo nos interpela hoy esta historia? En mi opinión, La sociedad de la nieve es una película "cristiana", y verán por qué. ¡Comencemos!
Si algo es esta película -y su historia real- es un bellísimo, y salvaje, canto a la fraternidad. Una hermandad que, a diferencia de lo que se estila hoy, no es emotivista, gesticulante, onomatopéyica, utilitarista y autoreferencial. Es una hermandad profunda, serena, vivencial, que, en un primer momento, "paradójicamente", no nace de los lazos de la carne -muchos ni se conocían-, sino que es en la prueba, en el sufrimiento, en la cruz, en donde se va a forjar ese vínculo tan fuerte, que, incluso, con la necrofagia como máximo exponente, llega a alcanzar un tipo de unión especialmente brutal.
La Fundación Cajasol te anima a participar de los talleres familiares de manualidades navideñas que tendrán lugar en la sede de la Fundación Cajasol de Cádiz(Plaza San Antonio, 14).
FECHAS: 26, 29 diciembre 2023 y 2 enero 2024
HORA: 11:00 h y 12:30 h
LUGAR:Fundación Cajasol (Plaza San Antonio 14, Cádiz).
Hoy, día 20 de diciembre en la iglesia de la Conversión de San Pablo, C/ Ancha a las 20:30h con un programa precioso dentro del ciclo "Sinfonía de Navidad" del Ayuntamiento de Cádiz y la Fundación Cajasol:
Conductus, Francia S. XIV "Veni Emanuel"
Chansonnier du Roi, S. XIII "La Quarte Estampie Royal"
Inglaterra, Edad Media "God rest you merry gentlemen"
Anónimo S. XIII, Francia "Angelus ad Virginem"
Anónimo "What Child is this?"
Cristobal de Morales "Puer natus est"
Michael Praetorius "Es ist Ein Ros Entsprungen"
Antonio Valente "Lo Ballo dell’intorcia"
Anónimo "Coventry Carol"
Beauvais "Orientis Partibus"
Colombina "Qué bonito niño chiquito"
Anónimo, Bohemia S. XV "Za Octaviana prvního"
Colombina "A los Maitines era"
John Reading "Adeste Fideles"
Intérpretes: Bruno Campelo Muñiz - Jaime Calderón Rovira - Sandra Massa Santos - Jorge Enrique García Ortega (y dirección)
Laiglesia de la Conversión de San Pablo de Cádiz ha abierto de nuevo sus puertas el pasado 6 de diciembre, día de la Constitución. El templo de la calle Ancha llevaba cerrado desde finales del mes de junio debido a que se han realizadounas obras de conservacióndel mismo.
EL MARTES 19 DE DICIEMBRE A LAS 20H tendremos un concierto de la Orquesta de Plectro Atlántida.
La Orquesta de Plectro ATLÁNTIDA está formada por músicos veteranos de Cádiz que llevan más de 10 años tocando juntos. La agrupación está conformada principalmente por instrumentos de cuerda y púa, así como de viento y percusión. Su repertorio es muy variado, con énfasis en música española y para conjunto de plectro. El nombre rinde homenaje a Manuel de Falla y su obra Atlántida. La orquesta tiene una actividad constante, siendo invitada a diversos eventos musicales.
PROGRAMA:
Les animo a ver el siguiente vídeo de presentación:
¡Ven a disfrutar en familia del Royal Opera House en Directo en Cines el 12 de Diciembre! Descubre el encanto del ballet con este deslumbrante espectáculo para toda la familia.
sica espectacular.
Royal Opera House. ROH en Cines
Hoy a las 20:15 horas, el ballet “El Cascanueces” viajará en directo a la gran pantalla desde la Royal Opera House de Londres.
“El Cascanueces”, producido por Peter Wright, es uno de los espectáculos navideños por excelencia. Creado para el Royal Ballet en 1984, este espectáculo ha sido durante mucho tiempo uno de los favoritos de las familias en Navidad.
Con una coreografía impresionante basada en la de Lev Ivanov, la espectacular partitura de Chaikovski y los magníficos diseños atemporales de Julia Trevelyan Oman, el público se deleitará viendo este clásico del ballet retransmitido vía satélite desde Londres. Un espectáculo que conserva la esencia de este animado ballet clásico, combinando el encanto del cuento de hadas con una danza clásica espectacular.
Con la participación de los bailarines del Royal Ballet, Sophie Allnatt como Clara y Leo Dixon como su encantado Cascanueces, el público podrá vivir una aventura de Nochebuena en la que lucharán contra el Rey Ratón, bailarán en el Reino de los Dulces y conocerán al Hada de Azúcar y a su Príncipe, interpretados por los bailarines principales del Royal Ballet: Anna Rose O’Sullivan y Marcelino Sambé.
La dirección musical correrá a cargo de Andrew Litton y la puesta en escena original es de Marius Petipa, basada en la puesta en escena de E.T.A. Hoffman.
La Fundación Cajasol, dentro de su programación de Gozos de Diciembre, colabora este año ayudando a impulsar su tradicional muestra "¡Qué rico, Dios mío!", que pone a disposición del público la exquisita repostería que se realiza en diferentes conventos de clausura de la provincia. Se venderánproductos tales como pestiños, polvorones, pastelitos variados y otros dulces navideños. Estarána la venta (hasta agotar existencias) del 6 al 21 de diciembre en la Fundación Cajasol en Cádiz (Plaza de San Antonio 14, Casa Pemán), en horario de 11 a 13 h y de 18 a 20 h.
De la mano de Paula Ortiz nos llega una adaptación libre de la obra teatral de Juan Mayorga La lengua en pedazos, a su vez basada en el Libro de la Vida de santa Teresa.
Después de veintisiete años de monja en La Encarnación, Teresa ha fundado en Ávila el monasterio de San José, donde las monjas, no más de trece, vivirán la vocación con la mayor perfección posible. Allí recibe la visita de un inquisidor que ha venido para juzgarla, le lanza duras acusaciones y la somete a un severo interrogatorio. Teresa no tiene miedo del veredicto, pues no teme a la muerte, pero está viviendo momentos recios en su interior que la tienen desazonada. Quiere ser fiel a la voluntad del Señor y tiene dudas de si ella, pobre mujercilla, ha sabido interpretar sus deseos.
El inquisidor es un personaje simbólico, un reflejo oscuro de la misma Teresa, la némesis de sí misma en la que se concentran todos los ataques y oprobios que ha sufrido y sus propias dudas y angustias. El duelo dialéctico es apasionante porque en realidad se juega en el interior de Teresa. Cuando, en su libro, ella recuerda aquellos momentos de incertidumbre y contradicción, dice que le revolvió el demonio una batalla espiritual que le produjo una aflicción y oscuridad y tinieblas en el alma. Ese es el clima del diálogo entre ambos, Teresa y el inquisidor, su diablo interior.
«Decidme quién sois… –le insta el inquisidor– si es que sabéis quién sois». «¿Nunca dudáis, Teresa? –insiste con saña–». Ella no puede responder, porque está acongojada con toda una avalancha de dudas acerca de lo hecho para conseguir la fundación, tal vez desatinado, y porque se encuentra turbada por las contradicciones y persecuciones que sufre, tanto por la oposición de sus hermanas carmelitas como por la hostilidad de la ciudad.
Teresa no es dubitativa o irresoluta, pero siempre duda, porque es una mujer en búsqueda permanente, reflexiona y ora para discernir la voluntad del Señor. Y finalmente, en cuanto vislumbra un hilillo de luz, no se queda paralizada o expectante, sino que tiene el coraje de tomar una decisión, con determinada determinación.
La pugna entre Teresa y el inquisidor, con textos originales del Libro de la Vida, contemplada por la mirada poética de la cámara de Paula Ortiz se convierte en una experiencia cinematográfica emocional, de una belleza estética sensorial deslumbrante, en un ambiente onírico especular, reflejo de la realidad que vive Teresa. La cineasta no describe hechos de una trama argumental, sino que penetra hasta lo más profundo de la monja, donde habita un amor sin fisuras. Con su objetivo capta la fuerza de la poderosa imaginación de la santa, su sensibilidad y su apertura amorosa a lo inefable, y lo expresa en imágenes bellísimas, jugando con la luz, unos claroscuros preciosísimos, para ofrecernos un cuadro estético maravilloso, lleno de simbolismo.
Los «experimentos» estéticos de la directora, osados en ocasiones, están siempre llenos de sentido en esa expresión de la persona de Teresa de Jesús. Las tres Teresas –niña, joven y adulta– no se limitan a mostrar las etapas de una vida, son el reflejo de la persona de Teresa en su integridad, tal como ella se reconoce en el designio de Dios: «Vuestra soy, para vos nací». La cámara capta el transcurrir del tiempo a través de la evolución de los tres personajes, pero es para marcar una trascendencia espiritual: Teresa fue siempre de Jesús.
Las visiones y representaciones de la santa y sus experiencias más íntimas constituían, sin duda, un reto, porque hubiera sido muy fácil caer en la exageración o la caricatura. En su libro, Teresa describe la gracia que supuso para ella la visión del infierno, viendo el horror del que estaba librada por el infinito amor de Dios. Fue una auténtica catarsis humana y espiritual. Paula Ortiz se recrea en las imágenes de ambas dimensiones de esa visión: el temor y la liberación. Del mismo modo ha sabido expresar, con la belleza del mejor arte cinematográfico, los sentimientos de amor apasionado herido por las sequedades, cuando la santa se sentía quemar con fuego en el alma: pequeñas llamas vacilantes surgen de los dedos de Teresa y acaban envolviéndola totalmente.
El humo tiene también una función simbólica en la historia, cuando su alter ego lanza sombras de duda sobre sus decisiones y proyectos. Son bocanadas que salen de la pipa del inquisidor, que nublan la mirada y crean inquietud. Momentos recios los llamó ella. Con el mismo acierto, la directora se sirve del enclave sobrecogedor de unas minas de sal para representar la belleza del interior, la luz mágica que brilla en las tinieblas del corazón humano, allí donde hay un castillo todo de diamante.
La misma habilidad de la cineasta con la cámara (y con la pluma, puesto que es a su vez responsable del guion, con Javier García Arredondo y Juan Mayorga) demuestra con la dirección de actores. El trabajo actoral de Blanca Portillo y Asier Etxeandia es totalmente impecable, siempre bien secundados por el resto del reparto.
El tramo final de la película, en el marco majestuoso del claustro del monasterio de San Juan de la Peña es apoteósico. Toda la densidad de las visiones y experiencias místicas de Teresa se hacen etéreas e ingrávidas como vuelos hacia Dios. Se diría una danza del encuentro de amor entre Dios y el hombre, en la que toda Teresa, también el inquisidor, se eleva por encima de las dudas y las culpas. Al final, es su mismo lado oscuro, ya redimido, quien la sostiene para que no se abisme, porque para Teresa de Jesús «en la mayor contradicción está la ganancia».
En la grandiosidad de la naturaleza de ese monasterio labrado en la piedra, Teresa mira en silencio hacia lo alto mientras el inquisidor derrama lágrimas sanadoras, porque «donde la palabra ya no llega, cuando la lengua ya no puede porque está en pedazos, es solo el amor el que habla».
Paula Ortiz ha sabido captar bien al personaje, en lo que tiene de histórico y de atemporal. Teresa de Jesús tuvo crisis y dudas en su actuar, pero nunca le faltó la determinación de hacer la voluntad de Dios y de ser fiel a la Iglesia. Sus últimas palabras fueron «Al fin muero hija de la Iglesia». Esta conjunción entre fidelidad a lo esencial, poder de la imaginación para renovar y pasión para abrirse al amor infinito, todavía hoy nos produce una tal inquietud que muchos caen en la tentación de desfigurarla para callarla. Son los nuevos inquisidores que nos gritan amenazadores «¿qué palabras se dicen entre estos muros, qué palabras se leen?», son los nuevos inquisidores que, como a Teresa, nos avisan de que pueden «salvar nuestra alma o quemarla», todo depende de si nos ajustamos a su ideología o no, si adoptamos el pensamiento único o no.