DESEOS PELIGROSOS, SECRETOS FAMILIARES E INTRIGAS POLÍTICAS ACECHAN A CADA MOMENTO DE ESTA AUDAZ COREOGRAFÍA EN EL BALLET DE KENNETH MACMILLAN INSPIRADO EN HECHOS REALES.
Mayerling es un clásico del repertorio de The Royal Ballet, con su profundidad emocional, sus evocadoras imágenes y uno de los papeles más exigentes jamás creados para un bailarín. Kenneth Macmillan coreografió una obra compleja sobre el heredero psicológicamente atormentado del imperio de los Habsburgo, el príncipe heredero Rodolfo.
Desde el comienzo del ballet, el glamur de la corte austro-húngara contrasta con el trasfondo de una intriga sexual y política que impulsa la historia hacia su violento clímax con un doble suicidio.
El extenso reparto permite el uso de impresionantes conjuntos, además de los numerosos solos que contiene el ballet, de un carácter muy personal, y de pas de deux de un erotismo perturbador. Este ballet, rebosante de intensidad, locura y pasión, demuestra que en ocasiones la verdad es más escandalosa que la ficción.
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Prólogo
Entierro en el cementerio de Heiligenkreuz antes del amanecer.
I Acto
Comienza con la boda imperial entre el príncipe Rodolfo, heredero del imperio austro-húngaro, y la princesa Estefanía de Bélgica, en cuya fiesta el novio no deja de flirtear con otras mujeres. Sus atenciones van dirigidas sobre todo hacia la princesa Luisa, hermana de la novia, frente al estupor del resto de los invitados. Y mas tarde con la joven baronesa María Vetsera, que ha sido introducida por su madre y la condesa Larisch (ex-amante del príncipe), la atracción es mutua, pero son interrumpidos por cuatro oficiales húngaros que buscan el apoyo del joven príncipe a su causa política separatista. La condesa Larisch regresa y ante sus reclamos sexuales él la rechaza pero en un descuido le besa y son descubiertos por el emperador, entonces aparecen los invitados y su esposa, y se va con ella. Rodolfo visita a su madre en su habitación, mientras su mujer le espera en sus aposentos preparándose para la noche de bodas. Una vez en la habitación, Rodolfo aterroriza a Estefanía con un cráneo y un revólver, y termina forzándola.
Prólogo
Entierro en el cementerio de Heiligenkreuz antes del amanecer.
I Acto
Comienza con la boda imperial entre el príncipe Rodolfo, heredero del imperio austro-húngaro, y la princesa Estefanía de Bélgica, en cuya fiesta el novio no deja de flirtear con otras mujeres. Sus atenciones van dirigidas sobre todo hacia la princesa Luisa, hermana de la novia, frente al estupor del resto de los invitados. Y mas tarde con la joven baronesa María Vetsera, que ha sido introducida por su madre y la condesa Larisch (ex-amante del príncipe), la atracción es mutua, pero son interrumpidos por cuatro oficiales húngaros que buscan el apoyo del joven príncipe a su causa política separatista. La condesa Larisch regresa y ante sus reclamos sexuales él la rechaza pero en un descuido le besa y son descubiertos por el emperador, entonces aparecen los invitados y su esposa, y se va con ella. Rodolfo visita a su madre en su habitación, mientras su mujer le espera en sus aposentos preparándose para la noche de bodas. Una vez en la habitación, Rodolfo aterroriza a Estefanía con un cráneo y un revólver, y termina forzándola.
II Acto
Rodolfo lleva a Estefanía a una taberna de dudosa reputación para encontrarse con Mitzi Caspar, la prostituta a la que frecuenta. Pronto se va disgustada. Rodolfo se queda acompañado de su cochero, Bratfich, y de sus amigos, los conspiradores húngaros. Hay una redada policial, Mitzi y Rodolfo se esconden. Al quedarse solos trata de persuadirla de que deberían suicidarse juntos, ella lo rechaza. Rodolfo se tiene que esconder otra vez ante la entrada del primer ministro, el conde Taaffe, con el que se va aliviada, no sin antes avisarle que Rodolfo está escondido allí.
Una vez fuera de la taberna Rodolfo se encuentra con la condesa Larisch, que le presenta de nuevo a María, en un encuentro cuidadosamente ideado.
En la siguiente escena María está contemplando un retrato de Rodolfo cuando llega la condesa de visita a su casa, y tomando una baraja de cartas le predice que pronto sus sueños se harán realidad. María le da una carta para Rodolfo.
Durante la celebración del cumpleaños del emperador en el palacio, donde toda la corte está reunida, incluida la Archiduquesa Sofía (madre del emperador) y una embarazada princesa Estefanía, la emperatriz Isabel le ofrece abiertamente a Francisco José un retrato de Katherina Schratt, su amante, que está a su lado y luego, mientras los fuegos artificiales, ella busca la atención de su amante, el coronel "Bay" Middleton. Todo esto lo ve Rodolfo con amargura e ira, y la condesa Larich aprovecha para burlarse de él, tentándole con la carta. Tras recibirla, la hace llamar.
Estando Rodolfo en su habitación, aparece María y se desata la pasión y el deseo entre ellos.
Se abre con una cacería real con todos los miembros de la corte. Al príncipe Rodolfo se le dispara el arma matando al caballero que mas cerca se encontraba de su padre el emperador Francisco José, y el emperador empieza a temer por su vida, sospecha que le quieren matar.
Rodolfo está en su apartamento, se ha inyectado morfina, recibe la visita de la condesa Larisch que trata de consolarlo. La emperatriz les descubre y enojada echa a la condesa.
María se reúne con Rodolfo y éste le pide que muera con él y ella acepta.
Rodolfo se junta con el conde Hoyos y el príncipe Felipe en el pabellón de caza, después de beber se despiden de él y aparece María, acompañada de Bratfich. Hacen el amor apasionadamente y finalmente él le dispara a María y luego a sí mismo. Al oír los disparos sus amigos entran y descubren los cuerpos.
El cuerpo de María es arrastrado al ataud y es enterrada antes del amanecer. El ballet acaba con la primera escena del ballet.
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