lunes, 23 de diciembre de 2024

El canto, un arte educativo por excelencia

 


Los coros y escolanías figuran entre las mejores acti­vida­des que pueden realizar nuestros hijos. A través de los siglos se ha visto que el canto coral no sólo cultiva las virtudes, sino que también es fuente de gracias que armonizan a la persona para ser protagonista de una partitura de vida que apunte al Cielo, y que se extienden a toda la familia.

Ignacio Delgado y Paula Santamaría son un matrimonio inmerso en la música. Él guitarrista y ella pianista, trabajan como profesores en colegios madrileños y los dos dirigen coros juveniles e infantiles, con los que han obtenido numerosos reconocimientos, como en el último Certamen de Coros Escolares de la Comunidad de Madrid, con el coro Nuestra Señora de Lucero dirigido por Paula. Desde Misión les hemos pedido a Ignacio y Paula que nos muestren las  notas educativas y humanas que niños y jóvenes pueden llegar a entonar cuando se forma parte de un coro. Ellos explican que la música se compone de silencios y de notas, que en armonía toman los nombres de dominante, subdominante, tónica, sensible y mediante, y desgranan cómo se podría traducir cada una de ellas en la experiencia de hacer parte de un coro.  

La dominante. Paula asegura que la nota dominante es el compromiso:  “Aunque el coro lo forman muchos niños, son conscientes de que para que todo funcione tienen que asistir a los ensayos y conciertos ya que la fuerza que tiene un coro se logra gracias a la implicación de todos”.  Y añade que el coro se basa en una verdadera “cultura del esfuerzo”: los niños aprenden a trabajar en equipo y aprenden a valorar el trabajo bien hecho.

La tónica. Ignacio da la nota tónica. Explica que los coros ayudan a vencer a la cultura consumista y hedonista imperante:  “En una sociedad en la que los adolescentes siempre esperan una recompensa al instante, aprenden a valorar el fruto de un trabajo a largo plazo, como el que supone preparar un repertorio desde cero”.

La sensible. La nota sensible es la preocupación de algunos padres por saber cómo influye en los estudios cantar en un coro. Ignacio responde que el coro tiene un impacto muy positivo en la vida académica. “Las virtudes que conlleva el canto coral, como son la capacidad de concentración, la disciplina, la responsabilidad… resultan esenciales para el éxito académico. Eso sin entrar en los beneficios intelectuales del aprendizaje musical: la memoria, la creatividad, la atención e incluso el pensamiento matemático, aparte de mejorar la autoestima”. 

Ignacio cuenta, además, que en todos estos años no han visto a nadie que haya empeorado en los estudios por participar en un coro. Sin embargo, sí ha encontrado casos al borde del fracaso y el abandono escolar que se han reconducido gracias a la música coral. Y también casos de jóvenes con expedientes brillantes en el otro extremo: “Sacan tiempo para participar en el coro y acaban sus estudios con matrícula de honor”.

La subdominante. Esta nota la da Paula, que invita a que esta actividad implique a toda la familia:  “Los padres tienen que sentirse parte del coro de sus hijos. Si son partícipes del cuidado del vestuario, los ensayos y las actuaciones, van a tener muchos momentos para compartir con sus hijos”.  También los hermanos terminan por aprenderse las canciones y así se producen reuniones familiares en torno al canto. 


El silencio. Aparte de las notas, la música se compone de ausencias de sonido. Ignacio explica que en un mundo en el que nuestros hijos están inmersos en el ruido constante y muchas veces se aíslan con sus auriculares es importante aprender a degustar los silencios. “En los ensayos no se canta continuamente; hay momentos donde se espera a que otras voces repitan su fragmento. Para esto es imprescindible un clima de silencio absoluto que favorezca un trabajo sin interrupciones”, puntualiza este director de coros. 

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miércoles, 18 de diciembre de 2024

EL CORO PURI PEDREÑO CANTÓ AYER EN LA RESIDENCIA DE MAYORES

 EL CORO PARROQUIAL PURI PEDREÑO  DE  SAN JOSÉ ARTESANO, CANTÓ AYER EN LA RESIDENCIA DE MAYORES SAN JOSÉ, EN LA CALLE TOMAS DEL VALLE DE SAN FERNANDO-